lunes, 7 de mayo de 2012

Caché (2005)


Dirección y guión: Michael Haneke.
Países:
Francia, Austria, Alemania e Italia.
Año: 2005.
Duración: 115 min.
Género: Thriller.
Interpretación: Daniel Auteuil (Georges), Juliette Binoche (Anne), Maurice Bénichou (Majid), Annie Girardot (Madre de Georges), Lester Makedonsky (Pierrot), Bernard Le Coq (Editor), Walid Afkir (Hijo de Majid), Daniel Duval (Pierre), Nathalie Richard (Mathilde), Denis Podalydès (Yvon), Aissa Maiga (Chantal).
Producción: Margaret Menegoz y Veit Heiduschka.
Fotografía: Christian Berger.
Montaje: Michael Hudecek y Nadine Muse.
Diseño de producción: Emmanuel De Chauvigny y Christoph Kanter.
Vestuario: Lisy Christl.
Estreno en Francia: 5 Octubre 2005.
Estreno en España: 20 Enero 2006.
Fuente: labutaca.com
Filmología de Haneke:
Fuente: Wikipedia

¿Ya?
Esta es la posible reacción de muchos espectadores al terminar de ver Caché que desconozcan los trabajos de Haneke, director de la cinta.

Francia, finales de los noventa, principios del siglo XXI, una familia de clase media alta: padre famoso por presentar un programa de televisión sobre libros, madre que trabaja en una editorial y un hijo rebelde, característica actitud de la pubertad que encuentra distracción con los amigos y las extraescolares. Sin saber por qué, un día comienzan a llegar a su domicilio grabaciones de la fachada de su casa. Seguidamente las cintas traerán junto a ellas macabros dibujos y el contenido de las mismas irá más allá de la fachada de la casa, desplazándose hasta la infancia del protagonista, padre en la familia. El pasado juega un papel importante en la trama, donde se demuestra que todo lo que se haga tendrá repercusiones sino en un futuro próximo, en alguno algo más lejano. El matrimonio se va distanciando cuando comienzan a guardarse secretos unos de otros. El hijo sospecha lo que nosotros también sospechamos: que la relación de la madre con su jefe supera lo laboral y amistoso.

¿Cuánto se puede estirar un plano fijo y un plano secuencia? Haneke tiene la respuesta. Aunque durante el metraje se nos va acostumbrando a que cualquier cosa puede ser grabada, nos sorprende que la entrevista con su hermanastro vaya a ser grabada. Juega con nosotros más todavía, cuando el hermanastro se suicida y somos testigos desde el tiro de cámara de la grabación que le fue enviada, haciendo que nos planteemos si eso lo ha grabado también. Los planos fijos con los que empieza muchas secuencias nos hace creer que estamos ante otra nueva grabación del obseso de las cintas. Va dando pistas pero no sabemos dónde encajarlas hasta que vemos la pesadilla de Georges. El que le enviaba esas grabaciones era su hermanastro resentido por ser llevado al orfanato debido a una falsa acusación que Georges le hizo en la infancia. Aunque todo esto el hermano lo negará siempre.

Los temas que trata son múltiples y puede que cada persona le dé un significado distinto a la película. Trata la soledad que en una gran ciudad pueden llegar a sentir las personas pero además; la venganza, el resentimiento, el egoísmo, la infidelidad, el orgullo, el racismo, la envidia, la política… 

En cuanto a la interpretación resalta la pasividad en ocasiones de los personajes, que ponen nerviosos a los espectadores. Pero Georges, ¿qué haces? o ¡no entres ahí! Son consejos que inconscientemente damos al protagonista.

Carencia absoluta banda sonora de lo cual te das cuenta, al menos en mí caso, cuando ves los títulos de crédito. Tampoco es que se la echara en falta ya que toda nuestra atención está puesta en los ruidos que tiene el entorno para encontrar respuestas a tantas preguntas que nos asaltan durante la visión de la película.

Haciendo referencia a la estructura narrativa, podríamos decir que se trata de introducción, nudo y nudo, ya añades tú el desenlace. Haneke se desentiende de sus personajes. Hace que terminemos nosotros la historia. El tipo de frecuencia es la múltiple. Lo que aparece varias veces en la historia, aparece varias veces en la imagen, como pueden ser las distintas filmaciones que van llegando a la casa.

Para ver este tipo de películas el espectador tiene que ser consciente de que no está ante una película “corriente” de las que se ven todos los días. Tiene que saber que Haneke va a conseguir la desesperación, que necesitemos que mueva la cámara para ver qué hay al lado de lo que está enfocando, que haga planos más cortos para ver con más detalle, que nos describan mejor las cosas, etc. Pero todo esto no va a pasar ya que es el modo que el director tiene de ver el cine y el mundo. El ritmo es tan lento como la vida misma, las cosas duran lo que duran, las elipsis forman parte de un cine más irreal y superficial. Y que el espectador también se prepare para ver cosas no agradables precisamente, ya que el sufrimiento humano y animal está muy presente en su filmología y Caché no es una excepción.    


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